Por qué tienes que buscar alternativas a un controlador Wi-Fi centralizado

Por qué tienes que buscar alternativas a un controlador Wi-Fi centralizado

La existencia de un controlador Wi-Fi centralizado puede suponer un lastre para el desempeño adecuado de una red. Por ello, es tendencia optar por alternativas que descarten la necesidad de incluirlo, como es el caso de las redes distribuidas. Te contamos por qué afirmamos esto y cómo la tecnología de Galgus es la mejor opción por la que puedes apostar.

Un controlador Wi-Fi centralizado es un dispositivo o un software que gestiona de forma remota varios puntos de acceso Wi-Fi en una red inalámbrica. En esta arquitectura, los APs son dispositivos sin capacidad de decisión que simplemente reciben órdenes.

Su función principal es facilitar la configuración, el mantenimiento y la monitorización de los AP, así como proporcionar funciones avanzadas como el balanceo de carga, el roaming o la seguridad. El controlador puede ser un dispositivo dedicado, una aplicación de software o un servicio en la nube.

Sin embargo, un controlador Wi-Fi centralizado también tiene sus inconvenientes, que pueden limitar el rendimiento, la flexibilidad y la escalabilidad de tu red Wi-Fi. Los analizamos a la vez que te planteamos la mejor solución y alternativas ante esta situación.

Inconvenientes de contar con un controlador Wi-Fi centralizado en tu red

Dependencia del controlador

La vulnerabilidad inherente a depender exclusivamente de un controlador Wi-Fi centralizado constituye uno de los principales inconvenientes. En caso de fallo o desconexión del controlador, toda la red Wi-Fi podría quedar inoperativa, poniendo en riesgo la continuidad del servicio y comprometiendo la seguridad de los datos transmitidos.

Cuello de botella

La concentración de todas las funciones de gestión de la red en un solo controlador puede resultar en un cuello de botella significativo. La necesidad de procesar todo el tráfico proveniente de los puntos de acceso (AP) puede generar congestión y retrasos en la red, afectando negativamente la experiencia del usuario.

Además, la capacidad limitada del controlador para manejar un gran número de AP o clientes Wi-Fi concurrentes puede restringir la escalabilidad de la red.

Coste y complejidad

La implementación de un controlador Wi-Fi centralizado conlleva una inversión tanto inicial como continua. La adquisición y configuración inicial del controlador representan un coste financiero considerable, y el mantenimiento periódico añade costos adicionales a lo largo del tiempo.

Además, la configuración y la integración del controlador pueden resultar complicadas, especialmente al intentar sincronizarlo con otros dispositivos o sistemas dentro de la infraestructura de red, aumentando la complejidad operativa.

Vulnerabilidad ante fallos únicos

La arquitectura centralizada del controlador expone a la red a un riesgo significativo en caso de un fallo en dicho dispositivo. La ausencia de redundancia puede traducirse en periodos prolongados de inactividad, afectando la disponibilidad del servicio Wi-Fi y generando inconvenientes para los usuarios finales.

Limitaciones en la flexibilidad

La rigidez asociada a la dependencia de un controlador centralizado puede limitar la flexibilidad y agilidad de la red. Realizar cambios en la configuración o añadir nuevos componentes a la infraestructura puede ser un proceso más complejo y demorado, afectando la capacidad de adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes del entorno.

Solución: la inteligencia distribuida de Galgus

Una arquitectura de red inalámbrica distribuida no requiere un controlador y permite que los AP inalámbricos se comuniquen directamente entre sí y con la red cableada.

Los AP pueden operar de forma autónoma o cooperativa, según el protocolo y la topología. Los beneficios de una arquitectura distribuida incluyen menor costo, resiliencia y flexibilidad.

La inteligencia distribuida de Galgus, Cognitive Hotspot Technology (CHT), convierte cada punto de acceso Wi-Fi en un agente inteligente que monitoriza su entorno y comparte información con el resto de nodos.

De esta forma, la red Wi-Fi puede tomar las mejores decisiones para adaptarse a las condiciones automáticamente en tiempo real, sin necesidad de un controlador centralizado o en la nube.

CHT ofrece múltiples ventajas para las redes Wi-Fi, como:

  • Reducir la interferencia y el ruido, mejorando la calidad de la señal y la velocidad de conexión.
  • Ahorrar energía electromagnética, ajustando la potencia de transmisión de cada punto de acceso según la demanda.
  • Balancear la carga de forma proactiva, distribuyendo los usuarios entre los radios disponibles y evitando la congestión.
  • Facilitar el roaming inteligente, permitiendo a los usuarios cambiar de zona sin perder la conexión.
  • Crear una red mesh robusta, en caso de que los puntos de acceso necesiten interconectarse por radio, protegiendo la estabilidad de la red ante interferencias externas y reencaminando el tráfico cuando sea necesario.
  • Controlar el tráfico, limitando el abuso de subida y bajada de datos por parte de algunos dispositivos.
  • Garantizar la equidad en el tiempo de uso del canal (airtime fairness), evitando que los dispositivos lentos saturen a otros usuarios.

Todo esto se traduce en un mayor control de red y escalabilidad, así como en la minimización de fallos y de costes de infraestructura.

Unas ventajas de las que ya sacan provecho más de 2 millones de usuarios al día y clientes de prestigio internacional. ¿Quieres formar parte de este grupo? Contacta con nuestros compañeros y reserva una reunión o llamada para saber en profundidad todo lo que CHT puede hacer por tu conectividad. ¡Te estamos esperando!

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