Apostar por la conectividad y la desaparición de la brecha digital en las zonas rurales es un deber si estas quieren alcanzar altos niveles de desarrollo en todos los sentidos. En este artículo te traemos los motivos que justifican esta afirmación, así como una visión de dónde nos encontramos actualmente y unas recomendaciones para conseguir que esta brecha digital sea sólo un mal recuerdo en un futuro cercano.
¿En qué estado se encuentra la brecha digital en las zonas rurales españolas?
La diferencia entre el consumo de recursos digitales en zonas rurales y urbanas sigue siendo notable en muchos sentidos. Esto se recoge en informes como el elaborado por la compañía de telecomunicaciones Eurona.
Según éste, durante 2020, en plena pandemia y con el auge del uso de internet para teletrabajar, estudiar o el ocio, este consumo fue un 10% en el campo que en las ciudades. En lo que al comercio electrónico respecta, el 50.5% de la población rural hizo uso del mismo durante el confinamiento, mientras que en escenarios urbanos fue el 60.5%.
En ese momento, el informe destaca que el 21.7% de los habitantes rurales no disponía de conexión a internet; mientras tanto, en las ciudades el 88% de su población (más de 36 millones de personas) sí estaba conectada a la red.
Otros aspectos de consumo online que reflejan la brecha digital rural son:
- Viajes: 24.4% de reservas online en ciudades frente al 14.2% en núcleos rurales.
- Cultura: 20.8% en ciudades frente al 9.8% en el campo.
- Redes sociales: 74% de uso en entornos urbanos versus 67% en zonas rurales.
La brecha digital generacional también se agrega a la propia de las zonas rurales. Aquí, el 91% de los jóvenes disfruta de conexión a la red, haciendo uso de ella el 97%. Por otra parte, el 59.5% de los mayores de 60 años tiene conexión a la red y el 38.6% saca provecho de ella. Por tanto, son los jóvenes los que tiran del carro a la hora de impulsar las posibilidades de conexión de internet rural.
¿Cuáles son las alternativas más empleadas para reducir la brecha digital en zonas rurales?
Pese al escalón aún existente entre los mundos urbanos y rurales, se están dando pasos en la dirección correcta. Muestra de ello es que durante el último año, el acceso a internet aumentó un 1.6% en la España vaciada. ¿Qué opciones son las que lo han hecho posible? Destacamos las siguientes:
- Fibra óptica: es la que cuenta con mayores cifras de penetración, creciendo un 39.3% en sólo un año, lo que representa un total de 1.68 millones de usuarios.
- ADSL: es el gran perjudicado del auge de la fibra óptica, mostrando una caída de usuarios del 23%.
- Internet vía satélite: consiguió 192.000 nuevos internautas rurales, unos datos lejanos a los anteriormente citados, pero que merece la pena reseñar.
¿Por qué debemos minimizar la brecha digital y apostar por el internet rural?
No hacer nada por reducir la brecha digital rural tiene consecuencias muy negativas para el desarrollo de estos entornos, algunas de ellas no tan evidentes a primera vista, pero no por ello menos relevantes. Vamos a profundizar en ellas.
La primera de ellas, y puede que sea la primera en la que hayas pensado, es el aislamiento social que genera en las poblaciones rurales. Esto da lugar a personas que no están debidamente informadas de todo lo que ocurre en el mundo, así como carecen de fuentes de información para su crecimiento intelectual y su desarrollo personal.
Desde una perspectiva más profesional, la dificultad para conseguir acceso a internet en zonas rurales obstaculiza la realización del teletrabajo, por lo que se frena el deseo de muchas personas de trasladarse a lugares más tranquilos que las grandes ciudades.
Además, los estudiantes tienen un acceso más limitado a fuentes de conocimientos o a las herramientas digitales que los propios centros de enseñanza les ofrecen como refuerzo o para la entrega de trabajos y tareas.
Todo esto va a derivar en mayores dificultades para entrar en el mercado laboral y para conseguir un empleo de calidad. Como resultado, tenemos localidades con una economía menos pujante que las zonas urbanas de los alrededores y mayores diferencias sociales.
Finalmente, la brecha digital también tiene una componente de género, siendo menor el uso de recursos digitales en mujeres que en hombres. Si a eso le sumamos la brecha propia rural, las mujeres que viven en estas zonas parten de una doble desventaja.
¿Cuál es el camino a seguir para fomentar el uso de internet rural?
Dadas todas estas circunstancias, las autoridades se han propuesto seriamente tomar medidas para que las zonas rurales cuenten con las mismas oportunidades de conectividad que el resto de entornos. De hecho, el Gobierno español, a través del programa “España Digital 2025” se ha marcado como meta que, para 2025, el 100% de la población nacional tenga una conectividad digital adecuada.
Para conocer algo más en detalle el proceso que lleve al cierre o minimización de la brecha digital rural, podemos echar un vistazo al documento elaborado por la ONU “Closing the digital divide. The role of digital technologies on social development, well-being of all and
the approach of the Covid-19 pandemic”.
Este texto basa en proceso de cierre de la brecha digital en 4 aspectos fundamentales:
- Tecnología adecuada.
- Recursos económicos suficientes.
- Fomentar el desarrollo de habilidades digitales que permitan aprovechar todos los beneficios propios de la digitalización.
- Concienciar a la sociedad de las ventajas inherentes de los recursos digitales.
Desde Galgus trabajamos por contribuir lo máximo posible al primero de estos puntos desarrollando software ajustado a las necesidades de las localidades rurales, e instalándolo dentro de nuestros propios equipos, de los cuales contamos con modelos para cualquier tipo de infraestructura.
Sin ir más lejos, ayudamos a ayuntamientos y a instaladores WiFi para la puesta en marcha de redes WiFi públicas mediante la iniciativa de la Comisión Europea WiFi4EU, que dota de bonos a los municipios rurales para que puedan ofrecer conexión WiFi gratuita en espacios públicos abiertos y cerrados.
Con nuestro software especializado CHT (Cognitive Hotspot Technology), los puntos de acceso de estas redes recopilan información contextual para compartirla con los demás dispositivos y tomar en conjunto las mejores decisiones para la experiencia de usuario más idónea.
Además, los gestores cuentan con datos valiosos respecto al comportamiento de los habitantes, como la información geolocalizada de sus movimientos más habituales. De esta manera, podrán tomar decisiones estratégicas relacionadas con aspectos como el turismo o la movilidad.
¿Te resulta interesante? Si es así, puedes contactar con nosotros desde ya y te daremos más información al respecto y sobre la forma de abordar tu caso en particular. ¡Hasta pronto!